Adaptógenos: Qué son y para qué sirven
Los adaptógenos son un regalo de la naturaleza que ayudan a nuestro cuerpo a mantener el equilibrio y bienestar de forma holística.
Se trata de plantas, hongos y raíces que se han utilizado durante siglos en la medicina tradicional de diferentes culturas, cuyas sustancias naturales ayudan al cuerpo a combatir los efectos negativos del estrés y equilibrar al cuerpo. Ayudan a adaptarse, ajustarse y calibrarse dependiendo de las necesidades de nuestro entorno físico y emocional.
Pero te cuento cómo es que se empezaron a clasificar como adaptógenas. A finales de los años 40, el gobierno de la ex Unión Soviética ordenó a sus científicos la creación de una sustancia que pudiera usarse para incrementar el rendimiento de los deportistas, militares e incluso jugadores de ajedrez de élite del país y de este modo dominar y destacar internacionalmente en todos los ámbitos
El término moderno << adaptógeno >> se lo debemos al médico y científico soviético Nicolai V Lazarev. En 1947 lo creó a partir de la palabra latina adaptare, que significa << adaptar >> y lo empleó para definir una sustancia que aumenta la resistencia inespecífica del cuerpo ante el estrés para hacerlo más capaz de adaptarse a circunstancias estresantes.
Y posteriormente en 1968, los doctores Israel I Breckman e I.V. Dardymov desarrollaron la catalogación funcional ara que una planta, raíz u hongo califique como adaptógeno. Estos son los tres criterios que deben cumplir:
1.- Deben ser seguros
Los adaptógenos deben ser seguros, es decir, sin efectos secundarios, no tóxicos ni adictivos. Deben tener un efecto amplio, no específico y deben reducir específicamente los efectos del estrés, tanto mental como físico.
2.- Tener una respuesta inespecífica
Los adaptógenos tienen una respuesta de defensa inespecífica al estrés. Y deben ofrecer soporte físico, químico y biológico.
3. Regresarle al cuerpo el equilibrio
Los adaptógenos no actúan como fármacos, cuya tarea es mejorar la función de un órgano o sistema. Su funcionamiento se basa en una cierta "inteligencia" natural. Descubren las necesidades de nuestro cuerpo y se esfuerzan por satisfacerlas. Los adaptógenos reducen las desproporciones entre las deficiencias y los excesos. De esta manera, apoyan el funcionamiento de todo el “sistema” que es nuestro cuerpo.
Los adaptógenos ayudan a aumentar la resistencia del cuerpo a las tensiones y ayudan a regular los procesos internos, como el equilibrio hormonal y la función del sistema nervioso. Algunos ejemplos de los adaptógenos más populares incluyen la raíz de ashwagandha, hongo reishi, hongo cordyceps, melena de león, rhodiola rosea, schisandra, entre otros.
Son populares entre los atletas, profesionales de la salud y personas que buscan un estilo de vida saludable ya que entre sus beneficios destacan la mejora del rendimiento físico, reducir la fatiga, mejorar la concentración y la memoria. También los estudios sugieren que los adaptógenos pueden ayudar a reducir los síntomas de fatiga crónica, el estrés, ansiedad y depresión.
Actualmente los puedes encontrar en diferentes presentaciones como polvo, cápsulas, en café y en suplementos nutricionales, pero lo más importante es asegurarte de que provienen de fuentes de alta calidad y orgánicas.
En resumen, los adaptógenos son un complemento perfecto para cualquier persona que desee mantener el equilibrio en su día a día.